El Dacia Duster es un SUV compacto de 4,3 metros con claras reminiscencias de todoterreno. La versión que hemos sometido a prueba solo está disponible con tracción al eje delantero, pero es muy polivalente gracias a sus características “físicas” y al hecho de que puede transitar cómodamente por caminos fuera del asfalto que no sean muy exigentes.
De todos modos, lo más interesante de este Duster está en sus “entrañas”, en un motor de tres cilindros con un litro de cubicaje que puede funcionar indistintamente con gasolina o Gas Licuado de Petróleo. El GLP, que es como se conoce popularmente, procede de la mezcla de gas butano y propano a presión y se procesa en estado líquido. Además no produce partículas, es menos contaminante que la gasolina –por eso cuenta con la etiqueta “Eco” de la DGT– y el precio del litro es de solo 0,72 euros.
No es híbrido, es “bi”
Para aportar combustible al motor, este Duster cuenta con dos depósitos, uno con 33 litros de GLP (por normativa de seguridad hay que dejar un 20% libre) y otro de gasolina de 50 litros, y con ambos llenos se puede llegar a recorrer hasta 1.200 kilómetros sin repostar.
El manejo del coche no es distinto a uno de gasolina convencional. Solo se diferencia en que hay un botón y un indicador luminoso a la izquierda del volante que permite seleccionar entre un combustible y otro, además de controlar el nivel de GLP.
Por defecto, el coche siempre arranca en modo gasolina, y cuando el motor alcanza la temperatura adecuada (tarda pocos minutos) pasa a GLP si ese es era el modo elegido en el último uso. El paso de uno a otro combustible es casi inapreciable, pero a la hora de repostar hay que utilizar un adaptador específico para el Gas Licuado de Petróleo.
En marcha, los 100 caballos de potencia se alcanzan subiendo mucho de revoluciones el motor, que es más voluntarioso que contundente. También es bastante sonoro, aunque no llega a ser molesto. Si buscamos potencia, es obligado jugar con el cambio manual de cinco velocidades, que por cierto tiene una palanca de recorrido largo, pero preciso (solo nos ha costado meter marcha atrás en algunas ocasiones).
Por lo demás, la conducción no plantea ningún problema. El Duster tiene una suspensión blanda para hacerlo confortable, pero su peso y altura se hacen notar en zonas reviradas.
El interior es cómodo y amplio, incluidas las plazas traseras, y además el maletero proporciona unos muy aprovechables 445 litros de capacidad.
